miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL MALTRATO DE HIJOS A PADRES, IMPORTANCIA DE PREVENIR


LAS AGRESIONES DE HIJOS MENORES A SUS PADRES SE DUPLICAN EN SOLO DOS AÑOS

La crisis no ha supuesto de momento un significativo aumento de la delincuencia, si bien esta siguió creciendo por sexto año consecutivo en 2009; en concreto un 1,5 por ciento respecto al año anterior, una cifra que se califica de «discretísimo incremento» y de «dato esperanzador» en la Memoria de la Fiscalía General del Estado conocida ayer.

Dentro de los 4.750.913 procedimientos por delito incoados el año pasado hay que destacar algunos aumentos más que preocupantes, que evidencian que la verdadera crisis se ha trasladado a los hogares españoles. Así, el incremento más llamativo es el que atañe a la violencia familiar, pues en solo dos años se ha duplicado el número de agresiones de hijos menores hacia sus progenitores. Si en 2007 se abrieron 2.683 diligencias por este motivo, durante el pasado año se produjeron 5.201. Y no es el único dato de gravedad en este ámbito: en 2009 crecieron un 24 por ciento los delitos contra las relaciones familiares. Así, se iniciaron 29.827 procedimientos, de los que casi todos se correspondían con denuncias de abandono de familia en sus distintas manifestaciones, que se dispararon un 26 por ciento.

Hubo nada más y nada menos que 19.219 casos de impagos de pensiones tras la separación de parejas, lo que a juicio de la Fiscalía manifiesta «la persistencia en situaciones graves de incumplimiento de obligaciones de protección y cuidado respecto de los miembros más débiles del grupo familiar».
La violencia y los abandonos familiares ocupan parte importante en la Memoria y son objeto de una de las propuestas de reforma legislativa. La Fiscalía de Valencia aboga por aplicar un tipo penal autónomo al absentismo escolar y el derecho a la educación en busca de un castigo a la actuación de padres y tutores.

En la línea de años anteriores, la Jurisdicción de Menores concita gran atención por parte de los fiscales. La noticia positiva respecto a esta delincuencia es que se ha vuelto a las cifras de 2006, tras unos años de crecimiento continuo. En 2009 se incoaron un total de 110.212 procedimientos, cuatro mil quinientos menos que el año anterior.

No obstante, aumentaron los delitos de lesiones —17.887 frente a 16.412 de 2008—, lo que representa la cifra más alta en siete años. Además, subieron los robos con fuerza —de 8.225 en 2008 a 9.673 en 2009— y los hurtos cometidos por menores de edad, que pasaron de 7.669 a 8.520. Los robos con violencia o intimidación se mantuvieron en los niveles anteriores.

Bajan los más graves
Por primera vez, la Fiscalía recoge el número de delitos en los que el infractor tiene menos de 14 años: 13.499 hechos, que han sido archivados dado que por debajo de esa edad el menor es inimputable. Sin embargo, el Ministerio Público deja constancia del «indudable interés criminológico» de la cifra, que ayudará en el futuro a tener una visión global de la evolución de esta delincuencia perpetrada por quienes los norteamericanos denominan «young starters».
A diferencia de otros años, se aprecia una clara disminución en los delitos más graves, es decir aquellos que se cometen contra la vida e integridad física, contra la libertad sexual, contra el patrimonio y contra el orden público. No obstante, en los apartados específicos (léanse procedimientos incoados por homicidio y/o asesinato causados intencionadamente) se han producido leves incrementos, en concreto del tres por ciento: 1.378 durante el año pasado, frente a los las 1.337 casos que se registraron en 2008.

El año pasado, también relacionado en parte con la crisis, crecieron los delitos de falsedad y los que suponen una violación de los derechos de los trabajadores, además de los que se dirigen contra la Administración Pública y la Administración de Justicia.

La reforma penal de mayor calado que plantean los fiscales es la modificación de la ley para impedir que las mujeres maltratadas por sus parejas se acojan al derecho a no declarar contra su agresor durante el juicio. Según la Fiscalía de Barcelona, esta dispensa se ha convertido en una «auténtica vía de escape» para los maltratadores y «frecuentísima» causa de sentencias absolutorias. También en cuanto a violencia machista se propone eliminar el alejamiento obligatorio en caso de condena para evitar quebrantamientos, una medida reclamada con insistencia por jueces y fiscales desde hace tiempo.
Respecto de los menores, la Fiscalía de Sevilla quiere evitar problemas procesales en los casos en que se producen agresiones sexuales que acaban con asesinato (como el caso Marta del Castillo). Para ello plantea que todos los implicados en una causa, sean mayores o menores, sean juzgados conjuntamente.

martes, 21 de septiembre de 2010

INDICADORES DE MALTRATO INFANTIL


Abandono o Negligencia
Las necesidades físicas básicas y la seguridad del niño o la niña no son
atendidas por quienes tienen la responsabilidad de cuidarla.

Físicos: Suciedad, hambre habitual, vestimenta inadecuada, cansancio, necesidades médicas no atendidos (controles médicos, vacunas, heridas, enfermedades...).

Comportamentales: Vandalismo, roba o pide comida, absentismo escolar, sufre accidentes domésticos debidos a negligencia, refiere no ser cuidado por nadie, se duerme en clase.



Maltrato Emocional
No se toman en consideración las necesidades psicológicas del niño o de la niña, particularmente las que tienen que ver con las relaciones interpersonales y
con la autoestima.

Físicos: Retrasos en el desarrollo físico, perturbaciones en el lenguaje

Comportamentales: inhibición del juego; excesivamente pasivo, nada exigente o extremadamente agresivo o rabioso; conductas “de adultos” (hacer el papel de padre/madre de otros niños) o demasiado infantiles (mecerse constantemente, chuparse el pulgar, eneuresis); retrasos en desarrollo emocional e intelectual.
Familiares: Rechazar, aterrorizar, privar de relaciones sociales, insultar, ridiculizar, ignorar sus necesidades emocionales y de estimulación, notable frialdad afectiva.



Maltrato Físico
Acción no accidental de persona adulta que provoca daño físico o enfermedad en el niño o la niña.

Físicos: Heridas, magulladuras, moratones, quemaduras, pinchazos, señales de mordedura humana, etc.

Comportamentales:
Cautela con respecto al contacto físico con los adultos, aprensivo cuando otros niños lloran, agresividad o rechazos extremos, miedo a sus padres o ir a casa.



Abuso Sexual

Utilización que una persona adulta hace de un o una menor de 18 años para
satisfacer deseos sexuales.


Físicos:
Dificultad para andar o sentarse, dolor o picor en la zona genital.

Comportamentales: Reservado, escasas relaciones con sus compañeros, no quiere cambiarse de ropa o pone dificultades para participar en actividades físicas, manifiesta conductas o conocimientos sexuales extraños e inusuales.



Maltrato Institucional
Cualquier actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien
derivada de la actuación individual del profesional que comporte abuso,
negligencia, detrimento de la salud, del desarrollo y de la seguridad o que viole
los derechos básicos de los menores.


En el campo de la educación pueden existir elementos negativos que repercuten en el niño o la niña:
- Se exige sumisión absoluta a la autoridad del maestro.
- Se margina a los niños diferentes por su origen social, étnico, religioso, por su capacidad intelectual
o por su sexo.
- Se utiliza sistemáticamente el castigo como forma de corrección.
- Se produce abuso verbal y trato vejatorio.
- El niño o la niña no es identificado por su nombre, sino por algún defecto físico o psíquico.
- Se permiten actitudes marginantes y despreciativas de unos niños hacia otros.



Otros tipos de maltrato infantil

Mendicidad:
El niño o niña es utilizado habitual o esporádicamente para mendigar, o bien ejerce la mendicidad por iniciativa propia.

Corrupción: promover pautas de conducta antisocial o desviada: apropiación indebida, sexualidad, tráfico o consumo de drogas…

Explotación laboral: asignar trabajos que exceden de los límites de lo habitual y que interfieren de manera clara en las actividades y
necesidades escolares del niño o niña.

Síndrome de Munchhausen por poderes: provocar en el o la menor síntomas físicos o patológicos que requieren hospitalización o tratamiento médico reiterado.

TIPOS DE MALTRATO


Existen diferentes clasificaciones del maltrato infantil, una de ellas distingue las siguientes categorías:

Maltrato físico: acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico o enfermedad en el niño o el joven, o que lo coloca en grave riesgo de padecerlo como consecuencia de alguna negligencia intencionada.

Abandono físico: situación en la que las necesidades básicas del menor (alimentación, higiene, seguridad, atención médica, vestido, educación, esparcimiento) no son atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él por motivos diferentes a la pobreza.

Abandono emocional: situación en la que el niño no recibe el afecto, la estimulación, el apoyo y la protección necesarios para cada estadio de su evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. También se aplica a los casos en los que existe una falta de respuesta por parte de los padres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño (llanto, risa, etc.) o a sus intentos de aproximación o interacción.

Abuso sexual: cualquier clase de búsqueda y obtención de placer sexual con un niño o joven, por parte de un adulto. No es necesario que exista contacto físico (en forma de penetración o tocamientos) para considerar que existe abuso. Se estipula como abuso, también cuando se utiliza al niño como objeto de estimulación sexual. Es decir, que abarca el incesto, la violación, la vejación sexual (tocar de manera inapropiada un adulto a un niño/a, con o sin ropa, o bien, alentar, forzar o permitir a un niño que toque inapropiadamente a un adulto) y el abuso sexual sin contacto físico (seducción verbal, solicitud indecente, exposición de órganos sexuales a un niño/a para obtener gratificación sexual, realización del acto sexual en presencia de un menor, masturbación en presencia de un niño, pornografía, el uso de niños para material pornográfico, etc.)

Maltrato emocional: conductas de los padres, madres o cuidadores, tales como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas, críticas o aislamiento que causen, o puedan causar, deterioro en el desarrollo emocional, social y/o intelectual del niño. Asimismo, algunas conductas sobre-protectoras que dificultan o impiden que los niños sean estimulados de acuerdo a sus capacidades o les imposibiliten atender las necesidades propias de su desarrollo.

Maltrato prenatal: aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el embarazo, parto y repercuten en el feto. Algunas de estas circunstancias son: rechazo del embarazo, falta de control y seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la alimentación e higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de alcohol, drogas y tabaco, exposiciones a radiaciones y otras.

Síndrome de Münchausen: los padres o cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto (por ejemplo mediante la administración de sustancias).

Maltrato institucional: cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos, o bien, derivada de la actuación individual de un profesional que comporte abuso, negligencia, detrimento de la salud, de la seguridad, del estado emocional, del bienestar físico o de la correcta maduración del niño o del joven, o que viole sus derechos básicos.

DEFINICIÓN


El maltrato infantil es toda conducta que, por acción u omisión, produzca daño físico y/o psíquico en una persona menor de 18 años, afectando el desarrollo de su personalidad. Esta conducta es intencional y reiterada.

El maltrato se produce cuando la salud física, emocional o la seguridad de un niño están en peligro por acciones o negligencias de las personas encargadas de su cuidado, de las instituciones o de la propia sociedad que priven a los niños de su libertad o sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo crecimiento.